Oscar Wilde nació en 1854 en Dublín, en el seno de una familia protestante. Durante su estancia en el Magdalen College de Oxford se integró en el llamado movimiento «decadente» en literatura: se dejó el pelo largo y decoraba sus aposentos con plumas de pavo y porcelanas eróticas. Casado con Constance Lloyd, con quien tuvo dos hijos, sin embargo, sus querencias se dirigían a los muchachos de la calle. Finalmente, su relación con lord Alfred Douglas, el joven marqués de Queensberry, le ocasionaría su ruina como afamado autor, tras un juicio degradante y una estancia en prisión por conducta indecorosa. Murió en París, en 1900, arruinado.
Autor de arrollador éxito, genio de la ironía y conocido a ambos lados del Atlántico, a él se deben obras teatrales como Salomé (1894) y La importancia de llamarse Ernesto (1895), o novelas como El retrato de Dorian Gray (1890).