Ippolito Nievo nació en Padua en 1831 en el seno de una familia de la antigua aristocracia veneciana. Se graduó en Derecho, pero, fascinado por las ideas patrióticas de Giuseppe Mazzini, decidió no seguir la carrera judicial, que lo habría obligado a trabajar para la administración del Gobierno austríaco. A partir de 1851, después de participar en varios motines revolucionarios, colaboró en periódicos y revistas, y escribió sus primeras obras, entre ellas la novela Antiafrodisiaco para el amor platónico, el drama Gli ultimi giorni di Galileo Galilei y el relato satírico titulado L’ avvocatino, que le valió un proceso por injurias.
En 1859, se alistó en el ejército de Garibaldi y, en 1860, partió con la Expedición de los Mil, que tenía como objetivo reconquistar Italia desde Sicilia. Se distinguió en la batalla de Calatafimi y, gracias a su escrupulosidad y rectitud, fue nombrado intendente general. Este cargo le dio la oportunidad de ser cronista de la expedición. El 4 de marzo de 1861 se embarcó en Palermo en el vapor Ercole para llevar a Nápoles unos importantísimos documentos. Sin embargo, el vapor naufragó en aguas del mar Tirreno. El misterio de su desaparición, que es todavía un enigma por resolver, ha sido objeto de estudios posteriores y ha inspirado varias obras literarias.
A pesar de su prematura muerte, Nievo dejó el legado de unas obras innovadoras, entre las que destaca Las confesiones de un italiano, libro póstumo considerado uno de los más importantes de la literatura italiana.