Antonio Fogazzaro nació en Vicenza en 1842. Creció en un ambiente acomodado y patriótico —su familia participó en las luchas contra la ocupación austriaca— y recibió una educación muy estricta y profundamente católica. En su formación influyó de manera particular el poeta Giacomo Zanella, quien no solo estimuló la vocación literaria del futuro escritor, sino que le transmitió también el interés acerca del problema de la relación entre fe religiosa y progreso científico, tema recurrente en las obras de Fogazzaro. Estudió Derecho en las universidades de Padua y Turín y se graduó en 1864. Su primera obra, el poema Miranda, es de 1874, y, en 1876, publicó Valsolda, una colección de composiciones líricas en que ya está bien definida su filosofía literaria. Su primera novela fue Malombra, a la que siguieron Daniele Cortis y la que es considerada su obra maestra, Pequeño mundo antiguo. El éxito de esta novela intensificó su producción literaria y Fogazzaro se convirtió en uno de los autores italianos más conocidos internacionalmente. En 1896 fue nombrado senador del reino de Italia y se convirtió en uno de los máximos exponentes del movimiento católico reformador, que tenía el objetivo de acercar la religión a la cultura moderna. A través de sus novelas Pequeño mundo moderno y, sobre todo, El Santo —ideales continuaciones de Pequeño mundo antiguo— emprendió una batalla para reformar la Iglesia. Sin embargo, el espíritu conservador de la jerarquía eclesiástica del periodo prevaleció: fue acusado de modernismo teológico y sus libros fueron prohibidos durante mucho tiempo por la Congregación del Índice. Murió en el hospital de Vicenza, durante una operación quirúrgica en 1911.